viernes, 25 de febrero de 2022

Soledad

 Maravillosa cuando es escogida, una pena cuando es sobrevenida, un tormento cuando marida con el miedo.

 Soledad forzada, acompañada de buenas palabras, de una solidaridad que no se traduce en apoyo o acción alguna.

 De qué me sirve que me digas que me quieres si no estás cuando te necesito, si no apareces cuando me golpean.

 Palabras, que se las lleva el viento porque no tienen peso alguno, de lo vacías que están.

 Paradojas de un mundo que presume de moderno, para sufrir las mismas calamidades de siempre. Globalización que no cambia nada, pues nada nos mueve, ni importa.

 Egoismos que afloran por la insustancia de valores, nunca un individualismo tan galopante ni tan interesado nos había afligido de este modo. Otra pandemia sin síntomas, pero con consecuencias. Ni la sangre nos conmueve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Rojos de salón

 La izquierda no roba,  corruptos cutres versus corruptos premium. Ese es el nivel de  disertación y de ideas. Mensaje tan burdo como simple...