Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 2 de noviembre de 2018

sábanas vacías



 Apenas si ha terminado de vestirse. No hace ruido. La penumbra del salón hace más rotundo el silencio, y más se acongoja, hasta el punto de sentir frío pese a estar la habitación caliente.

  Ha sacado todas sus cosas de la habitación; en vez de vestirse allí sale con la ropa en las manos. Siente la tentación de estirar un poco las sábanas, de poner el edredón bien, pero no lo hace. Un impulso de huir de allí le lleva a salir rápido, dejando la habitación vacía, como vacía está la cama en la que ha dormido, solo. Sobre las sábanas solo queda un hilo de luz del cuarto de baño, que permanece encendido.

  Siente un ruido de platos y vasos que viene de la cocina, pese a estar en la estancia contigua, es un ruido apagado, un rumor lejano que no le saca de su estado de aturdimiento. Con la cabeza gacha termina de atarse los cordones de las botas, con movimientos torpes de unos dedos que parecen agarrotados.

   Por una rendija de la ventana, gracias a que la persiana esta medio levantada, ve salir la primera luz del día. Se incorpora y abre la puerta de la terraza. Sale al exterior y el frescor de la mañana parece reavivarle, como si la sangre volviera a circular por su cuerpo a la velocidad normal. Se da cuenta de que no siente frío, de que el aire que le da en la cara le espabila más que el café que acaba de terminarse hace apenas un momento.

 De camino a la oficina mira absorto por la ventana del autobús, y aunque lo intenta no encuentra en el cielo de la ciudad las misma luz que apenas un rato antes vio a través de la persiana de aquel salón, que ahora se encuentra  lejos de donde está. Agacha la cabeza y piensa en lo tedioso que va a ser el día, y en  lo larga que va a ser la noche, otra vez, de sabanas vacías.














No hay comentarios:

Publicar un comentario