Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 1 de noviembre de 2018

El chisquero


  Andan las aguas revueltas, qué duda cabe, y lo hacen con cosas que deberían estar enterradas hace años, nunca mejor dicho.

  La que va a terminar por ser la iniciativa estrella de este gobierno interino, (porque no tiene fuerza ni apoyos para hacer mucho más, desgraciadamente dicho sea de paso), no se refiere a ninguna cuestión en materia económica, ni es panacea alguna que aminore los soliviantos que de un tiempo a esta parte el nordeste de la península ofrece a los sentimientos patrios. Esa medida es también motivo de discordia y empecinamiento: Nada menos que decir cuál va a ser la última morada del dictador que durante treinta siete años dirigió como un cortijo los designios de esta tierra.

  La interinidad del Valle de los Caídos llega pues a su fin. Aquel mausoleo hecho con el boato y las ínfulas propias de un iluminado, tendrá un futuro diferente del que se le ha dado desde 1975. 

  Como era de esperar, la familia del finado no se limitará a recibir sus restos para darles sepultura en cualquier ubicación. La posesión de una cripta en la Catedral de la Almudena, donde hija y yerno descansan en paz es el enclave elegido para depositar sus restos. En resumen, que vamos a sustituir aquel frío y oscuro emplazamiento de Cuelgamuros, por una tumba en pleno corazón de Madrid.

  ¡Vaya despropósito! ¿Qué hacer ahora? La vicepresidenta del gobierno, que se ha erigido como principal exponente de la cuestión, por ser ella la que en sus intervenciones se refiere al caso, se ha dirigido al Vaticano para tratar la cuestión con la Curia Romana, dando al traslado de los restos la condición de affaire internacional que requiere de encuentros  al más alto nivel.

 Y para añadir más alicientes a este entuerto, ahora comprueba uno atónito, como a ciertos tertulianos de ciertos medios les produce sorpresa la indumentaria de la vicepresidenta en su visita a Roma, haciendo comentarios sobre el canalillo y la blusa de encaje que la mandataria llevó en su visita. Ni una solo foto pone de manifiesto estupor alguno o malestar por parte del cardenal que hizo las veces de anfitrión e interlocutor, pero la hipocresía de ciertos personajillos llega al punto de hacer observaciones machistas sin pudor alguno. Y es que según en qué derroteros se mueva uno a estas alturas de la película una mujer sigue teniendo que dar cuenta de cómo viste. Para que luego digan que el machismo está cada vez más arrinconado.


  ¿Terminará enterrado junto al Marqués de Villaverde, en el mausoleo del Pardo donde está su esposa, o quizá en el Pazo de Meirás, si no es que antes se encuentra el modo de expropiarles aquella propiedad?

 En fin, vaya pasticcio tenemos organizado. No sorprende ver a tanta gente del mundo académico e intelectual de fuera interesada en nuestras bagatelas internas. Y es que por ahí deben tener unas vidas de lo más aburridas. Aquí en cambio a cualquier asunto le sacamos punta, o le prendemos una brasa, como aquellos viejos chisqueros de cuerda que usaban nuestros abuelos para encender los cigarros de picadura. Ya sea por una cosa u otra, aquí ese rudimentario mechero siempre esta encendido.

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