Cayó la primera lectura del año, limpia y muy rápida gracias al buen hacer literario de Javier Cercas cuyo último trabajo Terra Alta, además tiene la vitola de ser el último Premio Planeta.
Tiene esta novela ciertos tintes que recuerdan Al limite de la frontera, otro de sus últimos trabajos. Si aquella estaba ambientada en Girona y sus contornos, esta otra centra su trama en la comarca de la Terra Alta en Tarragona, en poblaciones como Gandesa o Bot, y si aquella primera obra contaba la vida y milagros de su protagonista, con su bajada a los infiernos delictivos, en Terra Alta, Cercas nos muestra su lado más negro, construyendo una novela policíaca con infinidad de aristas que convierten a la narración en un cúmulo de datos, de reflexiones que trascienden lo policíaco y van a lo económico, lo cultural y lo político.
Una pareja de ancianos dueños de la más importante empresa de la comarca, aparecen torturados y asesinados con una brutalidad que desconcierta a los vecinos de una zona, en la que nunca pasa nada.
La investigación del caso a manos de la brigada de homicidios de los Mossos d´esquadra de la zona, a la que se ha incorporado recientemente Melchor, policía de Barcelona al que se le ha buscado este destino provisional por razones de defensa de su integridad, transcurre por las calles y escenarios de una de las comarcas más pobres de Cataluña, en donde el tiempo parece no transcurrir, y en donde la monotonía y la nostalgia de un pasado atroz vinculado inexorablemente a la Batalla del Ebro de la Guerra Civil Española y estará llena de sorpresas que conducen a un final del todo imprevisto, donde nada es lo que parece.
Escrita con ritmo, frescura y sencillez, Cercas vuelve a bosquejar una novela de ambientación donde el entorno es tan importante como la trama y donde un asesinato sirve de pretexto para describir una zona de interior siempre apartada de los focos mediáticos.
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