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No lo hagas, hablo en
serio. Si lo haces no respondo de mis actos...
Desgraciadamente no me hizo caso y, claro, tuve que
matarla. Tanta gracia le hizo que le dijera que escuchar esa canción me
desquiciaba, que no quiso quedarse sin comprobarlo. Cogió su smartphone, buscó la secuencia de la
película en youtube y activó el play para que sonara.
Fue entonces cuando cogí el pie de la lámpara y sin
esperar respuesta alguna se la estampé en la cabeza. De la brecha enorme que le
abrí en la frente enseguida empezó a manar sangre a borbotones.
Mientras en el teléfono Christopher Plummer seguía con su anodino Edelweis, edelweis, blanca flor de los Alpes…
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