Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 23 de julio de 2019

Zona Roja

  Hubo un tiempo en que un abogado laboralista valenciano copaba las listas de libros más vendidos en este país, a finales justo de los años setenta y comienzos de la década de los ochenta. Cuentan incluso que llegó a tener cuatro libros en la lista de los más vendidos, siendo esta una lista de diez títulos y que a lo largo de su longeva carrera llego a vender más de cuatro millones de libros;  con unos registros así, si a alguien se le podía conocer con el sobrenombre de best seller, ese era sin duda Fernando Vizcaíno Casas.

 Son cifras prácticamente inalcanzables para ningún escritor español reciente, ni foráneo, ni siquiera por alguno galardonado con el Nobel de literatura; con estos mimbres cuesta trabajo comprender cómo alguien que vendió tanto en su momento y que fue tan leído, haya caído en el más absoluto de los olvidos.

 El libro que da pie a esta entrada, Zona Roja, publicada por el siempre potente sello de Planeta, apareció en mi casa dentro de una caja de libros desahuciados, condenados a un contenedor de reciclaje de papel, a no ser por mi casual intervención que me llevó a ofrecerme para acogerlos en mi biblioteca.  Es este el segundo libro que leo de este autor. El primero titulado Los rojos ganaron la guerra, también de Planeta, lo compré regalado de precio en el rastro de Madrid, una primera edición que además venía dedicada al que fue el primer propietario del libro.Y si en esa ocasión narraba una ucronía, (que hubiera pasado en España si no hubieran triunfado los sublevados y si los afectos a la República), en Zona Roja en cambio , se da un baño de realidad, contando el día a día de la población anónima en la capital valenciana, sede provisional y paulatinamente asediada de un gobierno en el exilio, en claro proceso de huida, bajo las directrices del Doctor Negrín.

 ¿ Qué pudo haber provocado un éxito tan rotundo en este autor? Sin duda la elección de los temas muy del interés de los lectores de este país en los comienzos de la democracia que apenas se desperezaba de los efectos y consecuencias de la transición política. Si a eso le sumamos la posición provocadora del autor, nostálgico del régimen apenas superado, convirtieron a este escritor en una especie de cronista que con suma habilidad, ty capacidad litraria, supo contar historias corrientes de gentes corrientes, bajo el manto de la tensión y conflictividad política con que vivimos a diario en este país, fuente inagotable de dramas y enfrentamientos.

 Pasados los años, y con la lógica evolución de una sociedad cada vez más asentada y más interesada por otras cuestiones, las cuitas literarias de Vizcaíno Casas acabaron en el olvido, postergando a un vendedor nato de libros en un autor olvidado y para muchos casposo y anacrónico, a quien sus juicios de valor siempre generaron más enemigos que amigos. Quien sabe si ahora con la vuelta a la vida de determinados grupos de nostálgicos del franquismo, vuelve a resurgir la figura de un escritor a quien si posicionamiento político le dio fama y notoriedad efímeras.








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