Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 16 de mayo de 2019

La banda de los niños

 Que Roberto Saviano es un cronista nato es algo que queda fuera de toda duda. Ya sea en trabajos como cero, cero, cero donde el texto recoge acontecimientos de actualidad relacionados con el mundo de la cocaína, o en cualquiera de sus novelas, donde la separación entre realidad y ficción es tan fina que contribuye a hacer aún más contundente el efecto que produce cuanto se narra en el lector.
 
 Como buen cronista, Saviano no se pierde en descripciones ampulosas o en ambientaciones excelsas. Con una precisión milimétrica cuenta lo que ve, con tanta simpleza como efectividad, consiguiendo meternos de lleno en cada escena, como si por un pequeño agujero pudiéramos aproximarnos a la acción como testigos de excepción de cuanto acontece. 
 
 Este nuevo trabajo publicado en España por Anagrama, La banda de los niños, vuelve a deslizar sus tramas por la hermosa y a la vez terrible Nápoles, en cuyas calles la vida cotidiana trata de abrirse paso en medio de las disputas entre bandas rivales por hacerse con el control de cada palmo de terreno, espacio de venta de estupefacientes, de extorsión y de muerte, donde la vida no vale más que lo que quiera decidir el capricho de un maleante. Con una crudeza que pone los pelos de punta, Saviano cuenta en esta obra la paulatina introducción en el mundo de la venta de drogas de un pequeño grupo de adolescentes, cuyos ejemplos a imitar no vienen del cercano estadio de fútbol de San Paolo, o de la televisión, sino de las prácticas de los capos de organizaciones mafiosas, cuyos hábitos y poder buscan imitar. Como si fuera un juego de niños, en donde las pistolas son de verdad y las personas mueren de verdad, Saviano va construyendo una historia de horror en donde la perplejidad campa a sus anchas a medida que se deslizan las páginas de una lectura vertiginosa y estresante. 
 
 Intensa, cruda, terriblemente moralizadora, La banda de los niños es otra nueva aportación del Saviano militante y pacifista, empeñado en sacar las vergüenzas de una Europa que consiente que una organización así haya estirado sus tentáculos hasta donde ni siquiera se ve, por más que sea la bella Napoli el lugar único aparente de sus tramas.
 
 
 
 
 
 
 

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