Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 8 de marzo de 2013

8 de Marzo

 Este viernes se conmemora como viene siendo tradicional el Día de la Mujer, descripción con la que se conoce de un tiempo a esta parte al anteriormente denominado Día de la Mujer Trabajadora.

 Según el  Diccionario Ideológico Feminista de Victoria Sau, Se considera una jornada de lucha feminista en todo el mundo en conmemoración del día 8 de marzo de 1908 en que las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York llamada Cotton declararon una huelga en protesta por las condiciones insoportables de trabajo. El dueño no aceptó la huelga y las obreras ocuparon la fábrica. El dueño cerró las puertas y prendió fuego muriendo abrasadas las 129 trabajadoras que había dentro (…). Sin embargo, otras fuentes señalarán la fecha de inicio de esta conmemoración en otros contexto y hechos significativos ( a través del Movimiento Internacional de Mujeres Socialistas de finales del siglo XIX, que tenía como finalidad exclusiva promover la lucha por el derecho al voto femenino; para las historiadoras Liliane Kandel y François Picq afirman que el mito que sitúa la manifestación en el año 1857 fue creado en 1955 para eliminar el carácter comunista que más tarde adquiriría el Día Internacional de la Mujer...)

 Podrían enumerarse un sin fin de explicaciones o respuestas que trataran de justificar tanto la celebración como la selección de la fecha en sí; sin embargo todas ellas pasan a un irrelevante segundo plano al ser lo verdaderamente importante el hecho de que esta conmemoración exista y cada vez vaya teniendo mayor notoriedad y , sobre todo, mayor penetración y concienciación social.

 Como bien se sabe el calendario está cuajado de fechas significativas o señaladas distribuidas a lo largo del año laboral sin que todas ellas, por diferentes motivos, acaben consolidándose como festivos o días de asueto. En este caso, y por la obviedad de la ya existente celebración del Día del Trabajo del primero de mayo, que no hace distinción entre sexos; la conmemoración del día en cuestión está jalonada por diferentes actos que tienen por objeto resaltar la importancia de la mujer en el mundo laboral y reclamar por enésima vez la obtención de un status de igualdad plena con respecto al del hombre. Aunque carente pues de ese ambiente festivo, la connotación de este día, viene determinada por la buena voluntad que casi todo el mundo manifiesta hacia la figura de la mujer, unas veces como señal de reconocimiento, y otras veces como signo de un partenalismo masculino que no termina de evadirse de ciertas prácticas machistas más o menos
remarcadas en cada una de esas  muestras de apoyo desinteresado.

 Hay muchas formas de machismo, activas y pasivas, enumerarlas todas aquí implicaría hacer un esfuerzo ingente que pecaría sin duda de falta de espacio para poder resaltarlas todas; baste con decir que todos los días han de ser días de celebración de la mujer a secas, independientemente de su condición de trabajadora; que han de celebrarse de un único modo:  enarbolando la bandera del respeto y tratando en pie de igualdad a quien por hacer lo mismo con el mismo esfuerzo, no siempre tienen ni el reconocimiento ni la compensación económica correspondiente. 



  Acceso al trabajo en igualdad de condiciones, mismas remuneraciones pecuniarias, conciliación entre vida familiar y laboral, eliminación de practicas o tratos vejatorios por parte de compañeros masculinos... Que no decaiga el ánimo por ampliar y consolidar una lista de metas a alcanzar que solo puede redundar en el beneficio común.

 Felicidades si, a todas y cada una de la mujeres; pero no solo hoy: todos los días de todos los años.

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