Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 5 de septiembre de 2018

El azar y viceversa



        Mi afán por descubrir nuevos escritores, cosa que hago cada cierto tiempo y con ciertas renuencias, pues por mucho que me imponga otra cosa, al final me acabo tirando a mis autores de siempre o del momento, me ha llevado en esta ocasión a leer esta novela de Felipe Benítez Reyes, El azar y viceversa.

Es una novela que con un título como el que tiene, lleva buena parte del camino trazado, pues es más que una simple declaración de intenciones. Con este trabajo, Benítez desarrolla una trama en la que nada está escrito y todo sigue una lógica imperceptible.

Ambientada en Andalucía en escenarios que transcurren entre Cádiz y Sevilla en la parte final de los años plomizos de una dictadura, que por una cosa u otra no termina de quedarse en los libros de historia, por sus páginas desfilan toda un serie de personajes anónimos, pequeños individuos que más destacan por sus rarezas, bajezas o vicios que por cualquier otra cosa que respire o suponga normalidad. Personajes a los que el autor caracteriza con motes de todo tipo: Cupido Bakunin, Fantomas, El tunecino,  el Ranyer, etc. 

Planteada en tono autobiográfico, El Toni, utiliza varias opciones narrativas, en primera persona o como narrador omnisciente, para contar una vida y milagros, la suya, donde solo el principio y el final están escritos de antemano. La pronta perdida de un padre soñador y las segundas nupcias de la madre con el hermano de aquel, son el punto de arranque de una existencia frustrada e insatisfecha donde las experiencias que rayan en lo ilegal configuran el día a día de un raterillo de poca monta habituado a subsistir con pequeñas ñapas.

Con diálogos frescos, de marcada espontaneidad, donde uno al leerlos se imagina a los protagonistas con acento gaditano, Felipe Benítez construye toda una ristra de personajes con cierta sorna y retranca que recuerda a alguno de los creados para sus ficciones noveladas por Ruiz Zafón. Ese estilo desenfadado, campechano termina por calar en el lector que se ve envuelto en los trapicheos del protagonista y sus secuaces.

Pero debajo de esa pantalla vulgar y humilde en que Benítez instala a sus personajes, se esconde toda una gran reflexión sobre qué es la vida, y qué caminos transitan por ella: los que uno elige con mayor o menor éxito, y aquellos otros por los que la diosa fortuna te hace discurrir por mor de las circunstancias. 

El azar y viceversa es un canto a la vida, a vivirla a pesar de todos los pesares, pues nunca sabes que puedes encontrar al doblar alguna de las esquinas por donde transcurre tu propia existencia.  Es un magnífico trabajo de un autor que está llamado a dar mucho que hablar en el panorama de la novela contemporánea española.



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