Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 8 de agosto de 2014

Ébola

 Es como la nueva peste. Nadie quiere estar cerca, ni apenas oírla mentar. Su nombre, simplemente mencionado, provoca los mismos escalofríos que figuran en la sintomatología propia de una enfermedad de la que apenas un diez por ciento de los casos alcanzan curación.

 La polémica vino a raíz de la repatriación de un religioso, contagiado por tan letal virus en Sierra Leona. Tras múltiples tiras y aflojas, el gobierno en misión humanitaria ha decidido repatriar al enfermo entre fuertes medidas de seguridad, dadas las características del mal que aqueja al sacerdote.

 Las protestas no se han hecho esperar, adoptando multitud de formas: unos se quejan de los altos costes de la misión, otros de los peligros de contagio que supone trasladar a un enfermo de tales características. En la arena política se ha empleado el caso como subterfugio para acusar a los dirigentes responsables de la operación de solo repatriar a un enfermo y una posible infectada, y no a toda la posible colonia afectada, en lo que se ha visto como una decisión humanitaria elitista, al solo atender a unos en lugar de a todos.

 El paciente descansa con las adecuadas medidas de aislamiento en el Hospital La Paz- Carlos III de Madrid. El centro, que cuenta con una unidad de especialización en enfermedades tropicales ha descartado el contagio de la Monja también repatriada, mientras sigue el tratamiento para el sacerdote.Las proximas dos semanas serán vitales para comprobar si la curación es posible. Todo cuanto podía hacerse, ya se ha hecho, en lo que sin duda es una labor de auxilio a un ciudadano en condiciones especialmente complejas.

 Discusiones sobre si debe o no debe la orden religiosa a que pertenece el afectado correr con los gastos del dispositivo quedan en un segundo plano, pese al grito que algunos han puesto en el cielo. la discusión de fondo de este caso debe  afectar a una simple cuestión: ¿ Se ha hecho lo correcto?

 Y la respuesta es muy simple a la par que rotunda: SI.

 Un si en mayúsculas.Y por varias causas.

 Primera: Se ha atendido a un nacional expatriado en un país africano al que se ha traído de vuelta para recibir los cuidados médicos necesarios en aras de alcanzar la curación, cosa que esperemos sea posible.

 Segunda: Se trata de atacar a la enfermedad por todos los medios posibles. Es obvio que la principal acción debe ir orientada a conseguir las mejores condiciones de aislamiento, con vistas a evitar que el brote epidémico pueda alcanza cotas más elevadas, o llegar al rango de Pandemia, lo cual sería una catástrofe sin parangón. Además de eso, y a través de los recursos institucionales internacionales, debería dotarse a los países afectados de cuantos medios fuesen necesarios para tratar de atender a los enfermos sobre la marcha. La combinación de ambas medidas, permitiría paliar los estragos del mal de una forma muy notoria.

 Tercera: Frente al Ébola no se puede ni debe mirar por mas tiempo hacia otro lado. Vivimos en esta parte del mundo tranquilos al pensar que aquella es una enfermedad cuyos signos solo pueden darse en paises de bajo desarrollo, pero la realidad es otra y puede afectarnos a cualquiera. Medidas como esta, de organizar un complejo dispositivo médico a través de un avión medicalizado, son iniciativas que son necesarias en aras de concienciar a la gente de que hay un problema, este es mortal y se produce en paises donde no disponen de los recursos suficientes. Solo con ayuda nuestra, la lucha contra el virus tendrá mas posibilidades de asentarse.

 Cuarta: El miedo, ese gran paralizador, saca de cada cual su parte más egoísta. A tenor de las reacciones de la gente no puede uno más que estar de acuerdo con esa reflexión. Todos somos muy solidarios, hasta que sentimos el peligro cerca, en cuyo caso la reacción inmediata pasa por alejar este todo lo que se pueda. ¿Que allí tienen un problema? Pues que se apañen como puedan... Pero aquí no nos lo traigáis.

 Tal vez el problema está en saber qué se entiende por solidaridad. Dar dinero de vez en cuando a ONG para que cumplan con su labor en zonas deprimidas es una mínima acción que está mas orientada a hacernos sentir bien a nosotros mismos que a paliar ningún azote en ninguna parte. Solo habrá solidaridad cuando los paises del denominado tercer mundo tengan una vía real de poder incorporarse al primero, no con limosnas ni subvenciones, sino con respeto e inversiones. Y con mentalidad de compartir problemas. En un mundo globalizado un problema en África es un problema de Europa. Es un problema del mundo entero. 


 
 

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