Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 12 de abril de 2019

14 de Julio

  Suele decirse que la historia la escriben los vencedores, y hay que añadir a eso que además la escriben los ilustres, aquellos personajes que pasan a la posteridad por encima del resto, formando parte de un grupo reducido de escogidos, como si el camino de los cambios fuera una senda que conocen muy pocos.

 Alguien dirá que es una cuestión de méritos, esos que permite a un sujeto o grupo de sujetos liderar una acción, dirigir a un grupo, plantear un objetivo y llegar a alcanzarlo. Eso reduce el campo de búsqueda y deja el honor de ser uno de los nombrados en los libros de historia en manos de políticos y militares, tal vez algún medico, quizá un ingeniero o científico, dejando en contadas excepciones los casos en que un don nadie alcanza notoriedad y se gana un peldaño en el altar de la eternidad.

 Si hay un episodio de la historia que convierte en protagonista a la masa y no a los prohombres de turno es ese la Revolución Francesa, y dentro de la misma uno de los episodios más señalados, aquel que terminó con el derribo y saqueo de la prisión real de la Bastilla, un 14 de Julio de 1789. 

 Aún con todo si uno se va a las enciclopedias, surgirán nombres de prebostes y no de ciudadanos llanos: Necker Ministro de Finanzas, cuya destitución se considera el detonante, Luis XVI , el incompetente rey que terminará por perder la cabeza literalmente, Jaques de Flesselles, creador de la milicia burguesa que intentaría evitar los desórdenes de aquel caluroso martes, y que sería ejecutado por el populacho, Ethis de Corny o cualquiera de los integrantes de las delegaciones del pueblo que enviadas a través de la Asamblea buscarían que los defensores de la empalizada entregaran las armas. Nombres y más nombres, sujetos que desatacan sobre la masa, como si el conocimiento solo fuera posible a través de la simplificación.

 Éric Vuillard trata de poner coto a eso con su trabajo 14 de Julio, (Editorial Tusquest, Colección Andanzas), relato de los tres días de julio que condujeron a París, a condenar a su rey y a iniciar un periodo de transición política que cambió la historia de Francia y el mundo moderno. En sus páginas se desgrana un relato intenso, cargado de emotividad y tensión donde capinteros, taberneros, conductores, camilleros, campesinos, gentes corrientes y anónimas que consiguen por momentos un minuto de reconocimiento, al convertirse en protagonistas de un algarada que solo la carestía y estado de abandono de un país condenado por los excesos de la corte podría producir. Casi minuto a minuto transita uno con la lectura por cada una de las calles de París hasta toparse de frente con las murallas de la fortaleza que un día fue cárcel de Estado auspiciada por el Cardenal Richelieu.

 Leer 14 de Julio es un forma de conocer la historia de un modo diferente, novelado, a través de un relato de aventuras cuya verdad tiene vigencia perenne.



 
 
 

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