Hay en los cuentos y relatos de Inés Mendoza algo que te invita a desnudarte. Desnudarte para liberarte, pues sólo liberándose uno de su envoltorio puede tratar de llegar al meollo de la cuestión, que no puede ser otro que el intentar llegar a conocerse de verdad.
Como ya ocurriese con El otro fuego, también publicado en el sello Páginas de Espuma, Inés Mendoza ejerce de arquitecta, profesión para la que se formó y en la que un día trabajó, hasta que un día decidió dejar de proyectar edificios a través de planos y bocetos, para perfilar y dar contorno y forma a personas a través de historias.
Inconformista, rebelde, frustrada por la corrosión y declive de un mundo ahogado en la artificialidad, donde lo sensitivo queda reducido al mínimo, así es como Inés Mendoza describe al mundo en estas dieciocho historias, lleno de desesperanza y pobreza donde el ser humano se presenta desnudo y frágil, incapaz de hacer frente a esa inmensa mole cada vez más ajena a nosotros, cada vez más abiertamente hostil, en la que nos desenvolvemos en nuestro día a día.
En Objetos frágiles el lector encontrará en cada una de sus historia un relato de la individualidad, de lo intimo y personal, una reflexión de lo que supone ser mujer y hombre, de la importancia de no relegar a un segundo plano nuestra condición existencial, menospreciada por el medio y por nosotros mismos, en esa especie de enajenación permanente en la que nos empeñamos en vivir, justo ahora cuando más evolucionados estamos como especie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario