Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 21 de diciembre de 2012

Fin del mundo

 Bueno señores, pues parece ser que el mundo se ha terminado. Estas lineas que escribo y que configuran mi comentario de hoy son escritas desde alguna suerte de limbo, (aunque el papa católico advirtiera en su momento que no existe), que es como solemos los mundanos denominar a todo suerte de espacio que no podemos ubicar en sitio alguno. Eso si, en este lugar indeterminado, continuo tal y como lo dejé ayer: estoy en mi mesa de trabajo, tengo un ordenador delante, y parece ser que en este lado la conexión a Internet está al día en cuanto a los pagos se refiere...

  Un acontecimiento de tal calibre merece algún tipo de comentario. ¿Cómo se ven las cosas ahora que el mundo no es mundo? Dejemos para otro momento las cuestiones existenciales y pasemos simplemente a otear un tanto el horizonte. ¿Qué veo? Justo delante de mi tengo una pared blanca, enorme, de unos diez metros cuadrados, la misma que tenía ayer a estas mismas horas; es lisa y en ella apenas hay ornamento alguno que ponga el contrapunto a tan inmaculada presencia. Parece ser que a pesar de acabarse mi existencia, de algún modo esta ha encontrado el modo de prolongar sus rutinas y eso que ha llegado el final de la cuenta larga del calendario Maya ; así que estoy sentado en mi silla, delante de mi mesa de trabajo, y enfrente tengo a mi perenne e inmaculada pared blanca...

  ¿Será posible que haya podido llevarme cosas al otro lado y sin apenas habérmelo yo propuesto? ¿ Qué más me he traído conmigo? Veamos, tengo mis pertenencias en orden, mi teléfono móvil esta aquí conmigo y tengo linea ( lo dicho esto de Internet y las nuevas comunicaciones es maravilloso, me habían comentado que era buena la banda ancha, pero esta de ancha que es debe ser un auténtico océano). Ya que estamos quizá pueda hacer uso de mi buena costumbre de parar en mitad de la mañana para consultar periódicos y ver las cabeceras con sus enunciados y portadas. ¿ Habrá prensa?, ¿ Tendrán ellos un Internet tan bueno como el mío?

  Vaya pues si, ¡Esto es una fiesta!, Estamos todos bien comunicados. Al tiempo que escribo esto, veo a mis compañeras de trabajo en sus mesas atendiendo a sus tareas cotidianas ( ¡Otros han pasado al otro lado y siguen estando conmigo!)  y ¡ También tienen Internet! Ellas a diferencia mía están trabajando ( o eso creo), quizá porque no tienen las mismas inquietudes existenciales que yo, tal vez porque tengan faena atrasada, o simplemente porque no quieran jugar con el temor de un toque de atención por invertir tiempo de trabajo en cosas que no sean de estricto provecho para el patrono que nos abona los emolumentos en cuenta. ¿Cómo se puede mantener uno tan impertérrito y seguir como si nada?, ¡Que se ha acabado el mundo joer!

 En fin, yo sigo a lo mío; me había propuesto comprobar si había noticias en un día tan trascendental como este, y casualmente los medios están trabajando. ¿ Qué noticias coparán las primeras de los tabloides si no hay mas noticia que la única, que el mundo ya no es, que nos hemos ido para no volver?

   Los sanitarios siguen en pie de guerra; Mas va a ser investido;  el otrora gran banquero declara ante el pufo que ha dejado a pequeños ahorradores (con el culo al aire, hablando en plata ) y miles de empleados sin oficio ni beneficio, El Vaticano va a pasar la aspirado en la Capilla Sixtina para preservarla y en Connecticut las mochilas antibala causan furor...

 Para este viaje no hacían falta estas alforjas, ¿No? Parece ser que no, que nos han timado. Habrá que mojar las penas con un buen fino, ahora que recuperaremos el viejo anuncio de la botella con el sombrero en la Puerta del Sol...






 

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