Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 21 de diciembre de 2016

El reto del año

 Aun nos corre un escalofrío a todos. Otra vez un camión. Otra vez un mal nacido embistiendo todo lo que encuentra a su paso, con un objetivo, hacer el mayor daño posible. Al igual que cualquier de los atentados que andan recorriendo medio mundo desde Siria a Turquía, desde Irak a Francia. Sembrar el terror de un modo indiscriminado es el objetivo único.

 Seguramente nos toque estar preparados para lo que pueda venir. El mensaje que nos transmiten estas acciones es claro: nadie está seguro, en ninguna parte. Atenazarnos con la inmovilidad que solo un miedo profundo provoca es el resultado que quienes perpetran estas acciones buscan. 

 ¿Podemos nosotros hacer algo? Más allá de la labor que las fuerzas de seguridad realizan a diario, evitando que los ya padecidos atentados sean menos gracias a la anticipación de los profesionales de  los servicios de inteligencia, de las diferentes policías y ejércitos, que no sin riesgo han conseguido minimizar las pérdidas en vidas humanas,  mas allá de ese trabajo infinitamente impagable, está la labor que nosotros como simples ciudadanos podemos realizar.

 Este próximo año que empezamos en apenas unos días traerá consigo dos acontecimientos que se antojan fundamentales. Europa se juega su futuro en función de lo que dictaminen las urnas en las dos principales potencias de la Europa comunitaria, una vez que el Reino Unido comience su desconexión, presumiblemente en las próximas fechas. Francia y Alemania celebrarán elecciones para renovar la Presidencia del país y la Cancillería sucesivamente, en unos comicios que quienes atentan contra vidas y bienes tienen muy en cuenta y muy presentes. La Europa de las libertades y del progreso no puede caer en las garras de los fundamentalismos xenófobos que se retroalimentan con estas acciones delictivas en forma de soflamas que inyectan más miedo y frustración. Culpar a todo el que pide refugio en esta parte del mundo de lo que pueda hacer algún individuo aislado, no solo sería un injusticia tremenda, no se puede medir a todo el mundo con la misma vara , si no que terminaría por enterrar los valores de convivencia que hacen de la UE un experimento a futuro digno de explorar, pues muy probablemente el mundo de la próximas décadas se organice a través de Organizaciones Intergubernamentales como esta, que terminen por superar el viejo y cada vez más obsoleto Estado nación golpeado una y otra vez por los poderes fácticos económicos globales que escapan a su control como antaño ocurriera.

 Seamos inteligentes. No a la tentación de votar a los populistas de discurso fácil que buscan ondear la bandera del dolor y la indignación para sacar rédito electoral. No al cierre de fronteras ni a políticas de segregación que sólo nos conducirían a mirarnos el ombligo miserablemente, y con ello a crear nuevas injusticias que servirán de alimento a quienes buscan crear un clima bélico permanente, sembrando el mundo de sangre y fuego. Es la hora de apostar por opciones inteligentes y  sosegadas, porque sólo ellas obtendrán soluciones justas a la retahíla de problemas que azotan nuestras vidas y todo lo que hay en ellas. Es sin duda el gran reto del año que se nos echa ya encima: el de sobreponernos a las calamidades para hacer frente con dignidad y justicia a cuantos envites nos vengan. Fuerza y sentido común. París y Berlín tienen la palabra.

 


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